“Todos tenemos miedo”: CTM Monclova ante aranceles de EE. UU. a acero, aluminio y autopartes
La incertidumbre crece entre trabajadores y empresas locales por el impacto diferenciado de los nuevos aranceles. La CTM advierte que hasta mayo se conocerán las verdaderas consecuencias.
Por: Roberto Ortiz
Frente a la aplicación de aranceles del 25% por parte del gobierno de Estados Unidos a productos como el acero, aluminio y componentes automotrices, Jorge Carlos Mata, secretario general de la CTM Monclova en la industria transformadora, lanzó una advertencia clara: “Todos tenemos miedo”. El tema, además de delicado, es extremadamente complejo.
Una afectación que no se entiende, pero que se siente
Mata explicó que la cadena productiva se encuentra en una fase de contención. “El trabajador no tiene que entender aranceles, lo que sabe es que cada semana necesita cobrar su salario”, dijo. Agregó que los verdaderos efectos de estas políticas podrían sentirse con mayor claridad hasta finales de mayo.
Los aranceles no aplican igual en toda la industria. Algunos productos recibirán la carga completa del 25% más un adicional del 10%. Sin embargo, autopartes fabricadas en México, como espejos, luces o gomas de pedales, podrían tener reducciones si cumplen con reglas del tratado comercial. “Parece poco, pero cambia mucho”, afirmó.
Mientras que los vehículos europeos no tendrán ninguna exención, los autos ensamblados en México podrían beneficiarse parcialmente. Esto no elimina el riesgo. “Los inventarios actuales dan un colchón de dos o tres meses. Pero cuando se acaben, veremos las verdaderas consecuencias”, advirtió el líder sindical.
Productividad a medio gas, empleos en el aire
En algunas plantas ya se han reducido los procesos productivos, aunque los trabajadores siguen en funciones realizando otras tareas internas. “Las empresas están intentando aguantar. Están remanufacturando, retocando producción, esperando ver qué pasa”, señaló Mata. Aun así, la posibilidad de despidos no está descartada si no hay acuerdo pronto.
La guerra comercial no se ve, pero se siente
Mata lamentó que esta situación refleja una “guerra comercial silenciosa” iniciada por Estados Unidos. “El problema es que muchas empresas ya no compran acero americano desde que AHMSA cerró y eso ahora nos pasa factura”, explicó. La incertidumbre crece ante políticas que parecen más ideológicas que técnicas.
HTS, tarifas y un galimatías incomprensible
Los líderes sindicales se han enfrentado a una maraña de clasificaciones arancelarias. Por ejemplo, un tubo puede pagar entre 0% y 33%, dependiendo de su código HTS. “Es una locura. Nadie lo entiende del todo. Por eso insistimos: lo importante para el obrero es cobrar por su semana trabajada”.
Diálogo, esperanza y un calendario decisivo
Las empresas han exportado lo más que han podido antes del arancel, pero el futuro depende de negociaciones entre productores, armadoras y gobiernos. “A finales de abril o mediados de mayo sabremos si esto explota o no. Por ahora, todo es especulación”, sostuvo el dirigente sindical.
El impacto no discrimina: obreros, ejecutivos, proveedores
Mata recalcó que la afectación no será exclusiva de trabajadores sindicalizados. “Si se da un ajuste, no solo afecta al obrero. También a supervisores, secretarias, proveedores. La cadena es muy grande. Todos estamos expuestos”, subrayó. La pregunta es: ¿está listo México para responder a esa presión?
¿Y el plan nacional? La pregunta sigue sin respuesta
Finalmente, Mata cuestionó: “¿Cuál es el plan de la Presidencia para afrontar esta incertidumbre?” El silencio hasta ahora es preocupante. “Lo que necesitamos no es solo información, sino estrategia. El trabajador necesita certezas, no discursos”, remató. Y mientras eso llega, el miedo sigue ahí, como un ruido de fondo.