Piedras Negras colapsa bajo tormenta repentina: familias atrapadas y calles intransitables
La tarde del jueves, Piedras Negras vivió uno de los episodios más intensos de lluvia en lo que va del año. En cuestión de minutos, la tormenta se desató con granizo y ráfagas de viento, dejando viviendas inundadas, vehículos flotando y colonias enteras al borde del pánico.
Los vecinos apenas alcanzaron a cerrar puertas y ventanas antes de que el agua comenzara a subir. En colonias como Año 2000 y Presidentes, el agua entró por patios y se coló bajo las puertas. “Todo fue muy rápido, en diez minutos el patio era una alberca”, contó la señora Beatriz Salinas.
La precipitación, estimada en 34 milímetros, saturó el drenaje pluvial. En varias escuelas, el personal docente corrió a proteger materiales didácticos y equipos de cómputo mientras los techos goteaban sin control. En un plantel, una barda presentó fracturas por la presión del agua acumulada en el patio trasero.




Automovilistas que circulaban por avenidas como Lázaro Cárdenas y Román Cepeda quedaron atrapados entre cortinas de agua y alcantarillas tapadas. Algunos intentaron salir caminando, pero se toparon con corrientes que arrastraban lodo y basura. “Mi coche se apagó en medio del bulevar… no podía ni abrir la puerta”, narró Roberto, conductor varado.
Protección Civil, junto con Bomberos y policías, activó un operativo de rescate. Desde temprano comenzaron a recibir llamadas de auxilio por viviendas colapsadas, autos con personas atrapadas y cortocircuitos en transformadores. En redes sociales, la ciudadanía se organizó para compartir rutas seguras y advertencias de zonas peligrosas.
Uno de los puntos más críticos fue el crecimiento del arroyo El Soldado, cuyo cauce rebasó los límites normales. Habitantes de las zonas aledañas temieron lo peor, recordando las inundaciones de años anteriores. Aunque el nivel bajó al anochecer, muchos no pudieron dormir tranquilos por temor a una nueva crecida.
Las autoridades municipales hicieron un llamado a la población a extremar precauciones, ya que se esperan más lluvias durante el fin de semana. Mientras tanto, las familias afectadas comienzan a contar los daños: muebles empapados, electrodomésticos inservibles y una ciudad que, una vez más, no estaba lista para enfrentar la furia del agua.