SIMAS asume gastos clave para operar la planta tratadora y reducir malos olores
El gerente general de SIMAS Monclova-Frontera, Eduardo Campos, informó que ya se obtuvo la autorización del consejo para que el organismo pueda cubrir los gastos operativos de la planta tratadora de aguas residuales, pese a que esta no pertenece formalmente al sistema de aguas.
Desde hace varios meses, SIMAS ha estado absorbiendo costos como el combustible, hipoclorito, mantenimiento de equipos, reparación de motores, bombas y limpieza general, lo que representa un gasto mensual de alrededor de 2.5 millones de pesos, sumando también los derechos por saneamiento, que anualmente equivalen a unos 10 millones de pesos.
“La planta no es nuestra, por eso antes no podíamos pagar directamente. Pero pedí autorización al consejo y ya nos la dieron. Ahora podemos cubrir lo necesario para que funcione como debe”, explicó Campos.
También comentó que en el presupuesto mensual de más de un millón de pesos por concepto de saneamiento, lo recaudado se destina directamente a mantener en operación la planta, lo que permite que los servicios no se vean interrumpidos y se dé un tratamiento adecuado a las aguas negras de la ciudad.
“Este gasto no impacta directamente al usuario porque lo estamos cubriendo desde un rubro específico. Pero sí era importante contar con ese respaldo legal para poder hacer los pagos”, dijo.
Uno de los efectos más notables de estas acciones es que han disminuido considerablemente los reportes por malos olores de parte de los vecinos cercanos. Según explicó el gerente, esto se debe a que se reactivaron equipos que llevaban mucho tiempo parados, con desinfección, limpieza y mantenimiento a fondo.
“La planta estaba trabajando solo al 30% de su capacidad. El otro 70% inactivo era el que provocaba más molestias. Ahora ya se nota la diferencia”, aseguró.
Campos agregó que a medida que más usuarios paguen sus recibos de agua, será posible mejorar aún más la operación y, eventualmente, evaluar si es viable avanzar hacia una posible venta o transferencia formal de la planta, lo cual permitiría estructurar mejor el gasto y la administración.
Por ahora, el objetivo es claro: mantener la planta funcionando para mejorar el servicio y reducir las afectaciones a la población, aunque eso signifique que SIMAS tenga que destinar una parte importante de su presupuesto a un bien que no está oficialmente bajo su control.