Región

Maxion arranca con retiro voluntario de trabajadores en Castaños

Alrededor de 100 empleados ya fueron dados de baja; la incertidumbre persiste por la caída en la producción

La planta de Maxion Structural Components en Castaños comenzó el jueves con el despido de alrededor de cien empleados, quienes aceptaron un retiro voluntario ofrecido por la empresa. El ajuste ocurre tras semanas de incertidumbre marcada por paros técnicos y reducciones salariales que golpearon de lleno a las familias trabajadoras.

De una lista de quinientos obreros que solicitaron salida voluntaria, aproximadamente cien fueron dados de baja, confirmaron los propios trabajadores. La medida se atribuye a la caída en la producción, originada por los aranceles en Estados Unidos y la disminución de la demanda internacional que mantiene a la empresa en crisis.

Desde julio, Maxion ha enfrentado un panorama adverso con paros técnicos constantes y reducción de pedidos en el mercado automotriz extranjero. La compañía produce chasises y barras de acero para tractocamiones, mercancía de exportación exclusiva. El desplome en la demanda encendió las alarmas, obligando a medidas drásticas como el retiro voluntario.

Los empleados que permanecen en la planta aseguran que, aunque la decisión de salida fue voluntaria, la presión económica es evidente. Durante los paros reciben apenas entre el 50 y el 60 por ciento de su salario, lo que complica el sustento de sus familias y genera un ambiente de desesperanza.

La situación laboral es cada vez más incierta. Este viernes la planta entró nuevamente en receso y sólo retomará actividades de mantenimiento del 10 al 12 de septiembre, antes de regresar a otro ciclo de paros técnicos. El esquema intermitente impide a los trabajadores tener certeza sobre su futuro inmediato.

Dentro de Maxion, el ambiente se percibe tenso. Los obreros temen que este retiro voluntario sea apenas el inicio de más recortes o incluso de una suspensión total de operaciones, en caso de que no se logre recuperar la producción. La esperanza está puesta en una pronta reactivación del mercado.

Por ahora, la empresa sostiene su estrategia de ajustes voluntarios y paros programados, mientras los trabajadores esperan que los pedidos vuelvan a estabilizarse. Cada día que pasa sin producción normal suma preocupación en Castaños, donde cientos de familias dependen de esta fuente de empleo para salir adelante.

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