Región

Indignación de padres por bullying en primaria

Autoridades educativas insisten en falta de pruebas pese a denuncia en Frontera

La tranquilidad en la colonia Guadalupe Borja se rompió cuando padres de familia de la escuela Margarita Maza de Juárez se plantaron frente al portón principal. Acusaron que Dominic “N”, alumno de segundo grado, fue agredido físicamente por varios compañeros de grados mayores sin que nadie interviniera.

Entre reclamos y pancartas, madres y padres señalaron que el director del plantel, Felipe “N”, ha sido omiso ante múltiples denuncias previas. “Esto no es nuevo, ya se había reportado y no hacen nada”, expresaron. Aseguran que la violencia escolar es un problema constante que no recibe atención adecuada.

Antonio Contreras, padre del niño afectado, lamentó lo ocurrido y advirtió que llevará la queja formal ante la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif). “Mi hijo no se inventó nada. Queremos justicia, no queremos más agresiones en esta escuela”, dijo con voz cargada de indignación.

Por su parte, Abraham Segundo González, director de Servicios Educativos en la Región Centro, aseguró que no existen pruebas claras de la supuesta agresión. Explicó que la investigación interna no identificó agresores y que el caso se sostiene únicamente en la palabra del menor, sin testigos ni evidencias físicas.

Las declaraciones oficiales generaron mayor inconformidad entre los padres. “¿Cómo que no hay pruebas? ¿Acaso un niño inventaría haber sido golpeado?”, replicó una madre. Aseguran que la falta de credibilidad hacia la versión del menor es una muestra más del desinterés de las autoridades por proteger a los alumnos.

El funcionario aclaró que el proceso sigue bajo protocolo y que Dominic será canalizado con especialistas de Pronnif para determinar la veracidad del caso. “No se trata de correr a nadie, sino de ayudar. Todo debe resolverse con base en reglamentos y no en presión social”, explicó.

En contraste, los padres exigieron que se tomen medidas preventivas inmediatas. Señalaron que más estudiantes han sido víctimas de agresiones y que existe miedo en los pasillos de la primaria. “Queremos que nuestros hijos vengan a aprender, no a sufrir golpes ni humillaciones”, reclamó una madre visiblemente afectada.

El caso se encuentra en investigación, pero la desconfianza hacia las autoridades crece entre la comunidad escolar. Mientras Pronnif dicta una resolución, los padres insisten en no bajar la guardia. Su temor es que el asunto quede olvidado y que los niños sigan expuestos al acoso dentro de la escuela.

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