El Viaje de la Fe: Gratitud y Movimiento en la Parroquia Santiago Apóstol
El Padre Francisco Isaac Cortés reflexiona sobre los Diez Leprosos: la bondad de Dios llega “en el momento oportuno” y en el esfuerzo humano.
Monclova, Coahuila.— La virtud del agradecimiento y la acción de la fe fueron los temas centrales de la homilía dominical ofrecida por el Padre Francisco Isaac Cortés en la Parroquia Santiago Apóstol. A través del pasaje de los diez leprosos, el sacerdote desafió a la comunidad a ser más proactiva y agradecida con las bendiciones de Dios.
El Padre Cortés comenzó contrastando la actitud del general Naamán, quien, a pesar de su poder, se sintió doblegado por el “único Dios” y quiso agradecer, con la de Eliseo, quien no aceptó pago, enseñando que “lo que se ha dado gratis, gratis hay que compartirlo.”
El Milagro y el GPS de la Fe
La reflexión se centró en el Evangelio, donde Jesús se encuentra con los leprosos “de camino hacia Jerusalén.” El sacerdote enfatizó que el milagro no fue instantáneo ni se obró al llegar a la meta, sino “en el camino, fue cuando estaban moviéndose, fue cuando estaban caminando.”
”Las bondades de Dios llegan también cuando nosotros nos movemos, cuando nosotros nos esforzamos, cuando nosotros hacemos algo de nuestra parte,” afirmó el Padre Cortés. Instó a los feligreses a buscar, a esforzarse y a caminar, en lugar de caer en el capricho o la desesperanza de sentir que Dios no los escucha.
El Agradecimiento como Acto Libre
Un punto crucial de la homilía fue la libertad implícita en la gratitud. “Ser agradecido es un don que brota de nuestra libertad. A nadie se les obliga ser agradecidos,” señaló. El Padre lamentó la pérdida de valores y “buenas costumbres,” haciendo un llamado a regresar a lo “bueno, a lo agradable, a lo perfecto ante los ojos de Dios,” comenzando por enseñar a los niños el simple acto de decir “gracias.”
Finalmente, el sacerdote distinguió que el verdadero signo de agradecimiento es el “encuentro con Cristo.” Los nueve leprosos, aunque sanados, mostraron un corazón “empedernido” al no regresar. En contraste, el que volvió, descubrió todas las maravillas de Dios. “En generosidad no le vamos a ganar nunca a Dios… Y en agradecimiento es la única manera en que podemos responderle desde el corazón,” concluyó el Padre Francisco Isaac Cortés.

