Opinión

AHMSA Acorralada por el Fisco y la Deuda

La realidad, vista desde la ventanilla del Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles, es fría e innegable: la quiebra de Altos Hornos de México (AHMSA) está a punto de toparse con el muro de los adeudos fiscales que superan los $755 millones de pesos.

No estamos hablando de promesas o especulaciones, sino de una exigencia formal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ante el expediente 19/2023. La apoderada del IMSS remitió las copias certificadas que documentan la omisión total en la determinación y pago de diversas cuotas, desde seguros de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, hasta riesgos de trabajo y prestaciones sociales.

La cifra es demoledora: $755,853,041.32 pesos.

El IMSS ha solicitado el pago inmediato al síndico, Víctor Manuel Aguilera., pero el órgano jurisdiccional ya puso las cartas sobre la mesa: debe considerarse el orden de prelación que dicta la Ley de Concursos Mercantiles. Esto significa, de forma cruda, que primero deben ir los créditos laborales. Es un shock de cifras donde el fisco presiona con urgencia, pero la ley intenta proteger los derechos de los extrabajadores.

El Acuerdo MADISA: ¿Motor o Parche?

En medio de esta presión fiscal multimillonaria, AHMSA y su filial Minera del Norte (MINOSA) anunciaron un acuerdo estratégico con Máquinas Diesel, S.A. de C.V. (MADISA). Este pacto, comunicado oficialmente (CP 20/2025), busca inyectar dinamismo al estancado proceso concursal y es visto como el motor que, por fin, permitirá reanudar y culminar la etapa de preparación de la subasta.

El documento clave fue formalizado por el Síndico de la quiebra, Víctor Manuel Aguilera Gómez, y el Director Financiero de MADISA, José Alberto Gómez. En representación de la Secretaría de Gobierno estuvo Óscar Pimentel González.

La Sindicatura de AHMSA y MINOSA ha prometido mantener su línea de orden y transparencia en la conducción del proceso. La meta prioritaria es clara: la protección de los derechos laborales del personal y el cumplimiento cabal de todas las obligaciones legales. El objetivo final es una venta “ordenada” de los activos.

Ternium: La Deuda que Persigue Hasta Monterrey

Mientras AHMSA intenta vender su maquinaria, otro gigante siderúrgico, Ternium, sigue enfrascado en un litigio fiscal con el Ayuntamiento de Monclova por el Impuesto sobre la Adquisición de Bienes Inmuebles (ISAI).

El director jurídico del Ayuntamiento, Ciro Joel de los Ángeles, mantiene una postura inquebrantable: la obligación de pago sigue vigente. El conflicto se generó por la adquisición de propiedades a AHMSA que no han podido ser escrituradas debido al impago del impuesto. El adeudo, que originalmente era de unos 3.5 millones de pesos, se ha inflado por recargos y actualizaciones hasta ubicarse entre los 11 y 12 millones de pesos.

Lo más relevante aquí es la advertencia de Monclova: si Ternium intenta reducir su presencia o reestructurar operaciones para evadir la responsabilidad, el municipio está legalmente facultado para perseguir la deuda y ejecutar el cobro en otras plazas. La mira está puesta en Monterrey, Nuevo León, donde se encuentra la matriz de la compañía. La obligación fiscal del ISAI, según el Ayuntamiento, se mantiene firme sin importar la presencia operativa de la acerera en la ciudad.

La CMIC: Acreedores en el Fondo de la Lista

Finalmente, el sector que más resiente el colapso de AHMSA es el de la construcción. La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) describe un “panorama crítico” caracterizado por la escasez de obras.

El efecto más doloroso es el éxodo de la fuerza laboral especializada, que se ha visto forzada a migrar a plazas con mayor actividad económica, como Nuevo León y otros estados.

Pero la advertencia más brutal la dio el expresidente Eugenio Williamson: más de mil 500 acreedores de la construcción tienen pocas o nulas posibilidades de recuperar su dinero. La razón es simple y devastadora: los acreedores mercantiles (proveedores y constructores) son los últimos en la lista de prelación para el pago. Williamson advirtió que los recursos obtenidos de la venta y el proceso concursal de AHMSA apenas alcanzarán para liquidar una obligación superior, específicamente, a los extrabajadores.

El gremio, aunque intenta resistir impulsando capacitaciones para que las compañías se mantengan activas, lucha por cimentar una nueva base con un lastre de deudas perdidas. Para los constructores, la promesa de la subasta no es de recuperación, sino de resignación.

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