López Obrador reconoce expansión de violencia a nuevas entidades y promueve estrategia de atención a causas profundas
Agencias
En el tramo final de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido públicamente que la violencia se ha extendido a regiones antes consideradas seguras, como Chiapas y Tabasco. Aunque destacó que su gobierno está trabajando en reforzar la seguridad y abordar las causas subyacentes para hacer frente al problema de manera integral.
Durante una declaración reciente, el presidente señaló: “Hay estados en donde no había tanta presencia de la delincuencia y ahora hay más y otros en donde, como vimos en Tamaulipas, donde ha bajado la incidencia delictiva. Son los movimientos, muchas veces son las confrontaciones entre grupos que están, uno o dos grupos y luego llega a otro y empiezan a enfrentarse y eso produce esta situación”.
A lo largo del sexenio de López Obrador, México ha experimentado una escalada preocupante de la violencia, con más de 180,000 homicidios dolosos registrados, marcando así un periodo histórico en términos de inseguridad. Además, entidades como Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Zacatecas, antes relativamente tranquilas, se han visto afectadas por episodios de violencia, incluyendo desapariciones, enfrentamientos, desplazamientos, bloqueos y homicidios.
El presidente, quien ha sido objeto de críticas por su lema de “abrazos, no balazos”, reafirmó su estrategia para abordar la violencia centrándose en atender las causas estructurales que la originan.
“De ahí que nuestra estrategia más importante para garantizar la paz sea atender las causas, que no se desintegren las familias, que mejoren los ingresos de los mexicanos, que haya trabajo, que los jóvenes tengan acceso a la educación, que se fortalezcan valores, que se haga a un lado el individualismo, el materialismo, el egoísmo, el lujo barato. Que se entienda que la felicidad es estar bien con uno mismo, estar bien con nuestra conciencia, estar bien con el prójimo”, expresó López Obrador.
El presidente enfatizó que el deber fundamental de su gobierno es combatir la violencia, por lo que se ha implementado un refuerzo en la seguridad en aquellas entidades que lo requieren. Siendo Guerrero el primer caso, donde se desplegaron 10,000 elementos de la Guardia Nacional, y ahora, Tabasco, que se encuentra en el centro de la atención.
Con el tiempo apremiando en su administración, López Obrador enfrenta el desafío de dejar un legado en materia de seguridad que vaya más allá de las cifras de violencia, apostando por soluciones estructurales que aborden las raíces del problema y promoviendo la cohesión social como base para una paz duradera.
