AHMSA en el limbo; jueza parece no tener prisa por dictaminar la quiebra
Fuentes internas de la acerera señalaron que se sigue deteriorando cada día más y perdiendo valor aún en los equipos que se considera están en condiciones de uso
por: Roberto Ortiz
La acería AHMSA sigue sumida en la incertidumbre mientras la jueza Ruth Huerta sigue sin dictar oficialmente la quiebra, prolongando el concurso mercantil. Mientras tanto, los robos dentro de la empresa se incrementan, depreciando aún más sus activos y afectando equipos que están listos para la venta una vez que se declare la quiebra.
Fuentes internas revelaron que el personal jurídico de AHMSA ha insistido en el juzgado segundo para que se considere urgente la resolución. Desde el 4 de agosto, cuando venció la segunda prórroga de negociaciones con acreedores, se esperaba una declaratoria de quiebra. Sin embargo, el proceso se ha postergado debido a vacaciones y paros laborales.
En agosto, la acería aún tenía una valuación de 350 millones de dólares para sus departamentos funcionales. Ahora, tres meses después, esa cifra ha caído; se estima que la empresa podría valer menos de 300 millones. Cada mes que pasa sin resolución hace más difícil lograr una venta rentable de estos activos.
La situación es compleja: aunque se declare la quiebra, es casi un hecho que solo los departamentos operativos serán vendidos. La deuda total y el costo completo de la acerera superan los 6 mil millones de dólares, una suma que ningún inversor parece dispuesto a asumir en las condiciones actuales de AHMSA.
Además, quien compre los departamentos funcionales no podrá reactivarlos de inmediato. Reactivar las operaciones en una empresa de esta magnitud requiere meses de preparación. Mientras tanto, el plazo para que Alonso Ancira pague más de 100 millones de dólares por el caso Agronitrogenados vence el 30 de noviembre, añadiendo presión.
El personal de AHMSA desconoce qué sucederá en ese caso, pero consideran que el avance prioritario es que la jueza declare la quiebra oficialmente. Sin esta resolución, el proceso está paralizado y la empresa sigue perdiendo valor, prolongando la incertidumbre para trabajadores, acreedores e inversionistas.
