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AHMSA y MINOSA: los próximos pasos del proceso de quiebra y el llamado a evitar la pérdida total de activos

Con el proceso de quiebra en curso, Altos Hornos de México (AHMSA) y su filial MINOSA están por entrar en una etapa decisiva. El síndico de la masa, Víctor Manuel Aguilera, delineó los próximos pasos que definirán el futuro de ambas compañías, al tiempo que hizo un llamado urgente a la unidad y cooperación, advirtiendo que el estancamiento del procedimiento podría hundir aún más el valor de los activos.

El primer paso será la presentación del avalúo oficial, que está por concluirse y se entregará ante el juzgado. Este documento servirá como base para determinar el valor inicial de la unidad productiva que será puesta a la venta. Sin embargo, el síndico aclaró que el precio final no lo define el papel, sino el mercado: dependerá de cuánto estén dispuestos a ofrecer los inversionistas interesados.

Posteriormente, se lanzará la convocatoria para la subasta pública, bajo la modalidad de sobre cerrado. Aunque no se dieron fechas exactas, se prevé que ocurra durante este mes. A partir del lanzamiento, los interesados tendrán entre 90 y 120 días para visitar las instalaciones, analizar la situación financiera y presentar sus propuestas.

Para asegurar una venta internacional seria, se solicitó autorización judicial para contratar a la firma Álvarez & Marsal, con sede en Nueva York, especializada en reestructuraciones y ventas de este tipo. Esta empresa fue elegida por su experiencia global y por cumplir con los requerimientos exigidos por el procedimiento.

Las bases de la subasta serán estrictas: los compradores deberán demostrar solvencia técnica en minería y siderurgia, respaldo financiero suficiente para invertir cientos de millones de dólares en rehabilitación, y presentar un plan de negocios con metas a cinco y diez años. También deberán comprometerse a reincorporar al mayor número posible de trabajadores, aunque no será obligatorio recontratar a todos.

El objetivo financiero del proceso, reconoció Aguilera, no es cubrir la totalidad de los adeudos. Se priorizarán los créditos laborales del artículo 225, que incluyen tres meses de sueldo, prima de antigüedad y hasta un año de salarios caídos, además de prestaciones. Si la venta resulta favorable, se intentará cubrir parte del artículo 224. Sin embargo, es casi imposible que se llegue a cubrir el artículo 221, que contempla montos reconocidos pero no prioritarios. Exdirectivos como Alonso Ancira no recibirán nada, pues sus columnas en estos apartados aparecen vacías.

Los riesgos de no avanzar son alarmantes. “Si este proceso se traba, podríamos hablar de un juicio que se prolongue entre cinco y diez años. Ya ha pasado con otras empresas”, alertó el síndico. Mientras tanto, los activos sin mantenimiento pierden valor rápidamente, y podrían terminar vendiéndose como chatarra, incluso a centavos de lo que valen hoy.

Por ello, hizo énfasis en la necesidad de que los trabajadores permitan el acceso a las cuadrillas de mantenimiento, como la empresa Levi, que no está extrayendo material sino preservando equipos críticos como bombas, generadores o sistemas eléctricos. “Si no se permite su trabajo, esos activos se deteriorarán más rápido y eso impacta directamente en el valor de la venta”, enfatizó.

La situación sigue siendo compleja, pero hay una ventana de oportunidad. Aguilera pidió cooperación de todas las partes involucradas para que la venta se realice con el mayor valor posible, permitiendo así una salida más digna para los trabajadores y para la región que aún espera justicia económica.

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