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Aranceles ponen en riesgo mil empleos en Freightcar Castaños

  • La primera semana de abril será decisiva en torno a las decisiones a tomar en la factoría que exporta carros de ferrocarril a Estados Unidos
  • El empresario Jesús Gil dejó en claro que, si Donald Trump pone por encima del 25% los aranceles al acero no tendrían alternativas y vendría el desempleo masivo en la planta ubicada en Castaños.

Por: Roberto Ortiz

Monclova.- La incertidumbre económica provocada por los aranceles impuestos por Donald Trump tiene en vilo a la empresa Freightcar en Castaños, donde se teme una reducción del 50% en su plantilla laboral, lo que significaría la pérdida de mil empleos. El empresario Jesús Gil advirtió que el futuro de la compañía depende de lo que ocurra el próximo 2 de abril, cuando se definirá si los gravámenes al acero y aluminio aumentan o se mantienen en el 25% actual.

Gil explicó que actualmente la estrategia de la empresa es mantenerse a flote en la espera de decisiones gubernamentales. Sin embargo, la baja en la colocación de pedidos y la incertidumbre de los clientes ya han comenzado a afectar la producción. “Nosotros trabajamos con pedidos a futuro, que toman de seis a siete meses en concretarse. Aunque aún no nos impacta directamente, los clientes están frenando la entrega de nuevos pedidos”, explicó.

La situación podría volverse crítica si el gobierno estadounidense decide endurecer aún más su política arancelaria. “Todo depende de lo que haga Donald Trump. La primera semana de abril será clave para nosotros”, enfatizó el empresario. En este sentido, adelantó que, de confirmarse un nuevo aumento en los aranceles, la compañía no tendría otra opción que realizar ajustes drásticos en su plantilla laboral.

Freightcar exporta el 100% de su producción, lo que la hace altamente vulnerable a las políticas comerciales de Estados Unidos. “Nuestros productos se vuelven menos competitivos con aranceles tan altos. La preocupación de nuestros clientes es entendible: si su costo aumenta en un 25%, prefieren esperar antes de hacer nuevos pedidos”, detalló.

A pesar de la situación, la empresa ha tratado de mantener a su personal intacto, pues despedir trabajadores representa también una pérdida de mano de obra calificada. “Nos cuesta mucho entrenar a los empleados para luego prescindir de ellos. No hemos hecho recortes, pero la presión es alta”, sostuvo Gil.

Actualmente, Freightcar opera con cuatro líneas de producción y dos mil empleados. Aunque la producción diaria se mantiene estable, el panorama para los próximos meses es incierto. “La colocación de pedidos se ha detenido en los últimos tres meses. Todos estamos esperando a ver qué ocurre con los aranceles”, dijo.

El empresario destacó que, hasta el momento, la compañía ha logrado cumplir con las regulaciones del Tratado de Libre Comercio, lo que ha permitido que sus productos sigan cruzando la frontera sin mayores problemas. Sin embargo, si se desata una guerra comercial, el impacto sería devastador. “Nadie quiere comprar en un escenario de incertidumbre. Si las cosas siguen así, para noviembre podríamos ver una caída drástica en las ventas”, advirtió.

El destino de Freightcar y de miles de familias en Castaños pende de un hilo. La decisión que tome Estados Unidos en abril podría marcar la diferencia entre la estabilidad y el desempleo masivo. Mientras tanto, la empresa y sus trabajadores se mantienen en espera, con la esperanza de que el peor escenario no se haga realidad.

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