Calla la CTM ante despidos en Denso e Infac: trabajadores quedan solos tras protestas por utilidades
Al menos 50 trabajadores fueron despedidos recientemente de las empresas Denso e Infac, según confirmó el Centro de Conciliación Laboral. Ambas compañías fueron escenario de protestas el mes pasado debido a las bajas utilidades repartidas, pero hoy, los afectados enfrentan un nuevo golpe: la indiferencia sindical.
Semana tras semana, los obreros cumplieron con el pago de su cuota sindical a la CTM, organización encabezada por Mario Dante Galindo, quien hasta ahora ha guardado un silencio absoluto sobre la situación. Los trabajadores esperaban respaldo y acciones concretas; en cambio, recibieron abandono.
Desde que se conoció la noticia, En Portada buscó la postura de Mario Dante Galindo, pero no hubo respuesta. Ni una declaración, ni una reunión, ni siquiera un mensaje de aliento a los que hoy están fuera de las plantas donde entregaron años de trabajo. El sindicato que debía acompañarlos en la adversidad, simplemente no apareció.
Por su parte, Roberto Ramírez, titular del Centro de Conciliación Laboral, descartó que los despidos tuvieran relación directa con las protestas realizadas en mayo. Sin embargo, para los obreros, la coincidencia es imposible de ignorar. “Fue en esas dos empresas donde hubo manifestaciones y hoy son esas dos las que despiden”, comentó un extrabajador.
El contrato colectivo de trabajo que Denso e Infac tienen firmado con la CTM debería garantizar representación y defensa ante situaciones como esta. Sin embargo, el respaldo prometido no se materializó. La omisión del sindicato no solo preocupa, también indigna a quienes se sienten traicionados por la organización a la que confiaron su voz.
“Nos dijeron que con el sindicato teníamos respaldo, pero cuando más los necesitamos, se esconden. ¿Entonces para qué sirven las cuotas que pagamos cada semana?”, lamentó una extrabajadora que pidió mantener el anonimato por temor a represalias.
Mientras tanto, los 50 despedidos buscan asesoría por su cuenta. Algunos acuden al Centro de Conciliación Laboral, otros simplemente emprenden la búsqueda desesperada de otro empleo. Lo que todos tienen en común es la certeza de que han sido dejados a su suerte.
El silencio de la CTM no solo duele, también quiebra la confianza de cientos de trabajadores más que, desde las líneas de producción, se preguntan si mañana ellos también serán despedidos… y olvidados.