Ciudadanos exigen a Coahuila sumarse al programa de discapacidad
Con 15 mil firmas y 800 expedientes, buscan apoyo estatal para personas excluidas del programa federal
Un grupo de ciudadanos encabezado por Aída Mata Quiñones entregará al Congreso de Coahuila una petición con 15 mil firmas y 800 expedientes de personas con discapacidad. La exigencia es clara: que el estado se adhiera al programa federal y extienda el apoyo económico a quienes hoy están excluidos.
El programa federal de discapacidad beneficia a personas menores de 30 y mayores de 65 años. Pero hay una franja vulnerable que queda fuera: quienes tienen entre 30 y 64. La iniciativa ciudadana busca corregir esa omisión y brindar un respaldo mensual a quienes más lo necesitan.
“Todos conocemos a alguien con discapacidad, y muchos viven en el abandono total”, dijo Aída Mata. La activista contó casos documentados de personas arrastrándose por el pavimento caliente para pedir limosna. “Eso no puede seguir pasando. Es una obligación social, no un favor del gobierno”, afirmó.

Aída recalcó que esta no es una campaña política. “No hay partidos, no hay recursos públicos, no hay medios pagados. Hay necesidad y dignidad. Y eso es más fuerte que cualquier estructura partidaria”, señaló. La intención es construir una propuesta desde la ciudadanía para ser escuchada por el Congreso.
Los expedientes recabados incluyen testimonios, evidencias médicas y pruebas de vida en situación de pobreza extrema. “No son cifras ni papeles: son personas. Seres humanos olvidados por el sistema que ahora alzan la voz a través de nosotros”, expresó la activista visiblemente conmovida.
La solicitud será llevada en agosto ante el Congreso del Estado. Si no hay respuesta favorable, advirtieron que escalarán el tema a nivel federal. “Si aquí no nos escuchan, iremos a la Cámara de Diputados. Este es un derecho que no se puede seguir postergando”, insistió Aída Mata.
El movimiento busca justicia social, no caridad. Quieren que Coahuila firme el convenio de colaboración con el gobierno federal, como ya lo han hecho otros estados. “La modernidad y el progreso de un estado no se miden por sus obras, sino por cómo trata a sus más vulnerables”, concluyó.