Historia y Cultura

“Desde Monclova hasta San Buenaventura: la fundación que nació bajo la sombra de un inquisidor”

Por: Arnoldo Bermea

En los albores del siglo XVIII, cuando el noreste de la Nueva España aún era tierra por conquistar y poblar, Monclova se erigía como el corazón administrativo de la región. Desde allí, en abril de 1752, se gestó el nacimiento de una nueva comunidad que llevaría por nombre Nuestra Señora de Guadalupe de Horcasitas, hoy conocida como San Buenaventura, Coahuila.
La solicitud para su fundación fue encabezada por personajes de peso en la vida colonial. Entre ellos destaca Ignacio de Castilla y Rioja, figura temida en su tiempo no solo por su papel político, sino por su fama como cazador de brujas e inquisidor, con fuerte presencia en Monclova y sus alrededores. Lo acompañaban otros notables como D. Manuel Andrés del Moral y Ceballos, D. José García de Rivera y D. José Hernández, quienes argumentaban haber cumplido con lo pactado tres años atrás: poblar la zona y construir una toma de agua.
No obstante, la autoridad colonial detectó incumplimientos y, desde Monclova, se dictó una advertencia: si no terminaban la obra, se haría efectiva una multa de 25 pesos para cada uno de los responsables.
Fue José de Castilla y Therán, entonces alcalde ordinario de la Villa de Santiago de la Monclova y secretario de gobierno, quien viajó hasta el sitio de la nueva fundación en compañía del procurador general y de varios vecinos. En tono solemne, se leyó en voz alta la orden real y se ratificó el compromiso de poblar la tierra y repartir las aguas, punto clave en estas regiones semidesérticas.
Entre los nombres que figuran en el acta fundacional y la distribución de agua de 1766, aparecen familias fundadoras como los Flores, Falcon, García, Menchaca, Núñez, Tijerina, Rodríguez y Ortiz, entre otros. Una comunidad que habría de crecer en torno a la tierra, el agua… y las estrictas normas impuestas desde Monclova.
Este acto no solo marcó el nacimiento de San Buenaventura, sino también reafirmó el papel central de Monclova como matriz organizadora y política del norte novohispano, un núcleo desde donde se fundaban pueblos y se extendía la ley.
La historia de San Buenaventura es un claro ejemplo de cómo los pueblos del norte de Coahuila nacieron bajo la voluntad de los poderosos de Monclova, en ocasiones, con figuras tan controversiales como la de Ignacio de Castilla y Rioja, cuyo paso dejó huella no solo en la fundación de comunidades, sino en los temores de sus habitantes. Hoy, ese pasado forma parte del alma viva de una región rica en memoria.

Apuntes para la Historia Antigua de Coahuila y Texas de Miguel L. Portillo, edición 1886 (documento propiedad de la UANL)

Comparte en
Verified by MonsterInsights