Desnutrido y deshidratado sacan a anexado de CREA
El horror que vivió Rafael Franco dentro del Centro de Rehabilitación CREA en Monclova quedó al descubierto cuando su hermana, Yasmín Franco, lo encontró en un estado deplorable. Con signos evidentes de deshidratación y desnutrición, el joven suplicaba salir del lugar, asegurando que no recibía agua ni alimento suficiente.
Fue en una consulta psiquiátrica donde Yasmín notó la gravedad de la situación. Su hermano, débil y con un aspecto cadavérico, rompió en llanto, rogándole que lo sacara del centro. “Me pedía que lo ayudara, que no le daban agua, que no podía orinar, bajó muchísimo de peso”, relata con la voz entrecortada.

El psiquiatra Margarito Lozano confirmó la terrible condición en la que se encontraba Rafael. Diagnosticado con deshidratación severa y desnutrición, recomendó su traslado inmediato al Hospital Amparo Pape de Benavides para recibir atención médica. El dictamen médico dejó en claro la falta de cuidados en el centro de rehabilitación.
A pesar de la gravedad, el CREA presionaba a Yasmín para que siguiera pagando la mensualidad antes de que pudiera notar el estado de su hermano. Cada mes desembolsaba 6 mil 250 pesos por un servicio que supuestamente incluía alimentación, atención médica y psicológica, pero nunca vio a ningún especialista.
“El área donde hacen las juntas no sirve, solo es para chismes. En vez de asesorar a las familias, las llenan de culpas. Nunca vi al médico ni a las enfermeras”, denuncia Yasmín. Su indignación creció cuando, al exigir la devolución de su dinero, el centro se negó bajo absurdas justificaciones.
Los responsables alegaron que Rafael había destrozado colchones, agredido a internos y que tenía problemas mentales. Sin embargo, su familia insiste en que, aunque tiene adicciones, rara vez se tornaba agresivo. La versión del anexo, afirman, no coincide con la realidad de Rafael antes de su ingreso.
Más allá del dinero, Yasmín solo busca alertar a otras madres. “No quiero el reembolso, solo quiero que sepan que les niegan agua y comida. Yo saqué a mi hermano con vida, pero ¿qué mamá sacará a su hijo en un ataúd?”, expresa con impotencia tras lo vivido.
Desesperada, lo trasladó a RENACE, donde en solo tres meses ha mostrado una notable mejoría. Ahora, exige que se investigue a CREA, propiedad del estilista Rodolfo Zamora, y que se proteja a quienes buscan rehabilitación, pero terminan atrapados en el infierno del abandono y el maltrato.