Opinión

Diputado rijosos y funcionarios “ciegos”

¡Qué semana la que me tocó observar, mis queridos lectores! Uno se levanta cada mañana esperando ver a nuestros “grandiosos” representantes legislando con seriedad o a nuestros funcionarios públicos resolviendo problemas de vida o muerte. Iluso de mí. Lo que obtuve, en cambio, fue una tripleta de la vergüenza: una riña de mercado entre diputados, maestros que deben protestar en silencio, y un brote de salud negado con la sonrisa más cínica.

Empecemos por el circo de tres pistas que montaron en la Comisión de Energía. Los honorables diputados federales de Coahuila, Theodoros Kalionchiz de la Fuente (PAN) y Ricardo Mejía Berdeja (PT), decidieron que el debate legislativo sobre los contratos de la CFE era demasiado aburrido y lo transformaron en un violento cuadrilátero.

La disputa, claro, no era por el bienestar de los mexicanos, sino por el jugoso negocio del carbón. El panista Kalionchiz acusaba a Mejía de defender los intereses de Antonio ‘Tony’ Flores, conocido cariñosamente como el “diputado del Lamborghini”, cuya empresa presuntamente ha acaparado contratos por 3 mil 200 millones de dólares entre 2020 y 2023.

Pero ¿para qué hablar de carbón cuando se puede recurrir al insulto de alcoba? La discusión se elevó a niveles de confrontación personal cuando el petista Mejía dirigió un ataque directo a la vida privada de Kalionchiz, aludiendo a su matrimonio. Y ahí fue donde soltó la joya de la corona del debate político moderno: “¡Braguetero!”. Sí, acusándolo de ser “gente que es mantenida y da el braguetazo”.

Naturalmente, Kalionchiz—a quien el insulto le “dolió mucho”—se abalanzó contra el petista, y ambos se trenzaron en golpes. Testigos de lujo (Directores Comercial y Jurídico de la CFE y otros diputados) vieron cómo la discusión se reducía a una pelea callejera. Y para rematar, diputados del PRI aseguraron haber visto a Mejía Berdeja propinar una “patada traicionera” una vez que ya estaban separados. ¡Un acto vergonzoso que subraya cómo los intereses económicos se han infiltrado en el máximo nivel del debate!. ¿Quién necesita videos si ya tenemos el drama de una patada después de la campana?

——————————————————————————–

Mientras nuestros “titanes del carbón” se dedicaban a patearse y a insultar matrimonios, la vida real seguía ofreciéndonos lecciones de cómo la autoridad prefiere la ceguera voluntaria.

Hablo del sector educativo. En la primaria ‘José Ramón Guevara’, la Maestra Verónica sufrió lesiones visibles en el rostro y los brazos tras ser agredida por un alumno que presenta una condición dentro del espectro autista.

Ante la gravedad del suceso, el personal docente se manifestó con un acto “silencioso, pero contundente,” portando camisetas negras para exigir un ambiente de trabajo seguro. Este doloroso incidente puso sobre la mesa la disparidad entre los ideales de la inclusión educativa y la “falta de protocolos y apoyo robusto necesario”.

¿Y dónde estaban los responsables? ¡Ah, caray! El titular de servicios educativos, Abraham González (o Segundo, parece que tiene dos nombres para dos versiones de abandono), no se ha pronunciado públicamente sobre el caso, aumentando la percepción de abandono entre los profesores. Y no es de extrañar, pues las fuentes dicen que prefiere, como se decía antes, “andar oliendole el pedo a los politicos” antes que enfrentar las problemáticas reales. ¡Qué maravilla de prioridades! La seguridad de los maestros puede esperar, mientras se atiende la agenda del jefe.

——————————————————————————–

Y si la educación está ciega, la salud está en negación profunda.

A pesar de que el Dengue es una realidad palpable en Monclova y la región, el doctor Faustino Aguilar Arocha, jefe de la jurisdicción sanitaria número 4, optó por la técnica infalible del avestruz. Prefiere seguir con “cifras alegres y declaraciones que no le generen afectaciones a sus jefes”.

¿A quién beneficia esa ceguera? Pues ni más ni menos que al secretario de salud, doctor Eliud Aguirre, o al propio gobernador Manolo Jiménez.

Pero la realidad, como siempre, tiene la fea costumbre de no respetar las “cifras alegres.” Hoy, una joven estudiante, Paulina, de la Escuela Normal de Monclova, se encuentra intubada en Terapia Intensiva en la Clínica 7 del IMSS, luchando contra un cuadro severo de dengue. Su vida pende de la solidaridad.

Mientras el jefe de salud se hace “como que no vio nada”, la comunidad debe movilizarse para conseguir lo esencial: donadores de sangre O+.

——————————————————————————–

Aquí estamos, Coahuila: gobernados por legisladores que usan las oficinas de la CFE para la lucha libre, por directores educativos que prefieren ser la sombra perfumada del político antes que proteger a una maestra, y por jefes sanitarios que ofrecen un optimismo tan falso que mata.

La próxima vez que me pregunten qué hacen nuestros representantes, les diré que están muy ocupados. Unos dando patadas traicioneras, otros buscando un trasero que adular, y los demás, contando cifras que solo existen en sus sueños de ascenso. Mientras tanto, nos toca a nosotros, los ciudadanos, suplir la indolencia oficial y donar sangre para salvar una vida.

Comparte en
Verified by MonsterInsights