Dinero y Negocios

El comercio entre México y EE.UU. enfrenta una amenaza crítica por aranceles

Agencias

La imposición de aranceles por parte del gobierno de Donald Trump podría desatar una crisis comercial de dimensiones históricas, interrumpiendo flujos valuados en 740 mil millones de dólares. Moody’s advirtió que los efectos serían inmediatos, golpeando sectores clave de la economía mexicana y exacerbando la dependencia del país hacia su vecino del norte.

Más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, lo que magnifica el riesgo para sectores clave como el manufacturero, automotriz y tecnológico. Además, los insumos intermedios utilizados en estos sectores cruzan constantemente la frontera, creando una interdependencia que eleva la magnitud del problema.

Moody’s destacó que las exportaciones de México a su vecino del norte representan el 30% del PIB mexicano, mientras que las exportaciones estadounidenses a México equivalen al 1.2% de su PIB. Esta disparidad subraya la vulnerabilidad de México frente a cualquier decisión arancelaria unilateral.

Aunque Trump inicialmente planteó un arancel del 25% a partir del 1 de febrero, la fecha ha sido pospuesta hasta abril, lo que abre una ventana para negociaciones bilaterales. Sin embargo, la incertidumbre sigue pesando sobre las relaciones comerciales y los acuerdos del T-MEC.

El sector automotriz sería uno de los más golpeados, dada su alta integración con Estados Unidos y Canadá. Moody’s señaló que otras industrias, como la tecnológica y manufacturera, también enfrentarían graves consecuencias, mientras que sectores como el minorista podrían sufrir impactos menores debido a su enfoque más local.

Un peso depreciado podría beneficiar al turismo mexicano, atrayendo a más visitantes estadounidenses, quienes en 2023 representaron el 69% de los ingresos turísticos internacionales. No obstante, este beneficio sería insuficiente para contrarrestar las pérdidas en sectores más afectados por los aranceles.

Moody’s advirtió que las amenazas de Trump podrían ser una estrategia de negociación antes de la revisión del T-MEC, incluyendo la posibilidad de aranceles dirigidos a industrias específicas. La incertidumbre persiste, pero el impacto potencial ya genera preocupación en ambos lados de la frontera.

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