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El Dolor de Perder a una Hija: Familia Coronado Sánchez Llora la Pérdida de Carolina Elizabeth

Dicen que la vida enseña cómo enfrentar la pérdida de un padre, pero nada prepara a alguien para el dolor de perder a un hijo. Hoy, la familia Coronado Sánchez vive esa tragedia con la muerte repentina de Carolina Elizabeth Coronado Sánchez, de solo 16 años de edad.

Carolina llegó la tarde del miércoles a la Cruz Roja con signos vitales muy bajos. A pesar de los esfuerzos médicos, la joven no pudo ser reanimada y falleció a una edad en la que la vida apenas comenzaba. La noticia dejó destrozados a sus padres, Edén Coronado y Marisela Elizabeth Sánchez.

En medio de su sufrimiento, los padres de Carolina expresaron lo difícil que es perder a una hija tan joven. “No es fácil porque tenía solo 16 años, era una niña todavía. Le faltaba mucho por vivir, se siente horrible perder un hijo”, compartieron con un dolor desgarrador.

Carolina era una joven sociable, amable y educada. Con 16 años, era la mayor de dos hermanos, seguida de su hermano de 13. Su padre, con la voz quebrada, confesó: “Sé que me está escuchando en este momento, y quiero decirle que la extraño y ya extraño ver su carita y oír su voz.”

La familia, devastada por la tragedia, encontró algo de consuelo en la fe, aceptando que “Dios hace las cosas a su modo y no hay fuerza ni voluntad que pueda cambiar sus designios”. Aunque sus palabras estaban llenas de llanto, también reflejaban la lucha por aceptar lo irremediable.

Edén Coronado recordó cómo, en medio de su dolor, pensó: “No manches, mi bebé”, pero luego reflexionó que todavía tiene a su otro hijo, y que deben continuar por él. La familia ahora enfrenta la pérdida mientras trata de mantenerse fuertes por el hermano menor.

El mensaje que los padres de Carolina compartieron con la comunidad fue claro: aprovechar cada momento con los seres queridos. “Hoy estamos, y al otro día no. No desaprovechen ningún momento, hagan a un lado el orgullo y el coraje porque no sabemos en qué momento ya no estaremos”, dijeron con el corazón roto.

Carolina Elizabeth había comenzado sus estudios de bachillerato en el CBtis 36 y luego continuó en el CEUC. Su vida estaba llena de sueños y metas, que se vieron truncados por este inesperado suceso, dejando una herida irreparable en su familia y amigos.

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