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Extrabajadores de AHMSA acusan nepotismo; aparece hermano del síndico con pagos vía honorarios

La indignación no cede entre los extrabajadores de Altos Hornos de México que, encabezados por Ervey Valenzuela, mantienen desde hace meses una resistencia firme en puerta tres de la planta uno. Su exigencia es clara: justicia laboral y transparencia en el proceso de quiebra. Pero ahora, a esa larga lista de agravios se suma una nueva denuncia que ha encendido aún más el ánimo de los manifestantes: el presunto ingreso de un hermano del síndico Víctor Manuel Aguilera a la nómina de la empresa.

“Ya ni qué decir de ese señor. Por eso no le decimos síndico, le decimos cínico. A lo mejor ya hasta metió a su hermano para que le lleguen los depósitos a él también. O no sabemos si ya tenía tiempo cobrando, pero ahí está la prueba: los hilos dentro de la empresa se siguen moviendo para los de siempre, no para los trabajadores”, afirmó con frustración Ervey Valenzuela.

El hermano en cuestión responde al nombre de Marco Antonio Aguilera Gómez, y según los extrabajadores, su presencia en la nómina es una muestra clara de nepotismo y un insulto a quienes siguen esperando su liquidación. “Lo que más duele es ver cómo a ellos sí les siguen llegando los pagos mientras miles de nosotros seguimos sin recibir un solo peso”, agregó Valenzuela.

La noticia ha causado molestia generalizada entre quienes permanecen en el plantón como símbolo de resistencia frente a un proceso que —en palabras de los afectados— ha sido manipulado por quienes continúan lucrando con lo poco que queda de la ex siderúrgica.

“Nos siguen viendo la cara, manejan sus bonos y sus beneficios como quieren. Mientras tanto, el verdadero afectado sigue siendo el trabajador, el que perdió su patrimonio, su salud y su futuro. Nosotros, los que estamos aquí día a día”, lamentó Valenzuela.

La desesperanza crece también por la falta de un panorama claro. Pese a las promesas recurrentes y discursos esperanzadores de algunos directivos y del Sindicato Nacional Democrático, los pagos siguen sin llegar. Muchos extrabajadores han perdido no solo la fe, sino también la paciencia.

“Hay gente que todavía cree en los cuentos de los de arriba, pero lo cierto es que no vemos ni un peso. Y por eso seguimos aquí, en lucha, aunque ahora hasta nos llamen saboteadores o distractores del movimiento. Hasta el síndico nos tacha de agitadores”, expresó Valenzuela, visiblemente molesto.

Lejos de claudicar, los manifestantes aseguran que seguirán en pie, denunciando lo que consideran una traición sistemática a los trabajadores. “No estamos aquí por gusto. Estamos aquí porque se han burlado de nosotros. Y si no luchamos nosotros, nadie lo va a hacer”, concluyó Valenzuela con firmeza.

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