¡Fuera el Síndico!
Señores, bienvenidos al episodio más reciente de la telenovela financiera que tiene a Coahuila sumida en la desesperanza. Hablo, por supuesto, del intrincado camino legal de los expedientes 77/2022 y 19/2023, que no hacen más que acumular recursos, impugnaciones y, sobre todo, desesperación.
La paciencia ha llegado a su límite. Hoy, la tensión crece en el concurso mercantil porque una acreedora promovió un incidente que exige la remoción inmediata del síndico encargado del proceso. ¿El cargo? Nada menos que irregularidades en la administración de la masa concursal y en la atención a los trabajadores afectados. ¡Qué escándalo! ¿Quién iba a pensar que en un proceso de quiebra tan largo el administrador podría incurrir en actos y omisiones cuestionables?
La jueza, para darle más sazón al drama, admitió la queja y ordenó al síndico presentar pruebas y argumentos en su defensa. Este pleito, además de ser el tema central del expediente, ha encendido la alarma entre los más de 4 mil trabajadores involucrados —aquellos que aún se aferran al proceso—, quienes temen que esta disputa solo retrase más el desenlace del juicio.
Diez Mil Víctimas y la Nómina de los Muertos
Pero si creían que el problema se limitaba a los 4 mil, permítanme recordarles la dimensión real de esta catástrofe social: el Juzgado a cargo del expediente 19/2023 confirmó que un total de 9,861 trabajadores han sido formalmente reconocidos como acreedores laborales. ¡Casi diez mil almas esperando una respuesta clara a su situación!.
Y mientras la cifra de damnificados es épica, la transparencia es nula. La polémica se centra en las finanzas internas de la compañía. Asociaciones civiles de defensa laboral han denunciado la existencia de salarios que califican de “excesivos” para los trabajadores activos. Pero lo que es verdaderamente ofensivo es que han señalado la aparición de nombres de ex empleados que ya no deberían formar parte de la nómina. ¡Sí, señores! ¡Empleados fantasma cobrando sueldos mientras la gente real batalla por sus prestaciones!.
Para colmo de males, cuando se exige claridad, el sistema responde con una carcajada burocrática. Aunque la Profedet aseguró tener la facultad de revisar los listados proporcionados por el síndico y el IMSS, inmediatamente advirtió que esta información es “confidencial”, lo que impide su divulgación. Una confidencialidad que, por supuesto, genera inquietud y desconfianza entre los afectados.
Aunado a este caos, el Sindicato Minero pidió acceso a copias certificadas de los listados y una prórroga para revisarlos, solicitud que fue rechazada. Además, el síndico debe aclarar en tres días la diferencia entre los 4,169 empleados de un listado y los 4,142 reconocidos en la documentación oficial.
Vendiendo el Mueble para Pagar la Luz
En medio de esta controversia y la exigencia de su destitución, el síndico intenta desesperadamente generar liquidez. Anunció que prepara la venta de activos como unidad productiva y, en un movimiento clave, ha solicitado permiso para la enajenación del 50% de las acciones de una empresa filial. Una venta que, dicen, busca generar recursos para cumplir con los pagos prioritarios. Mientras tanto, en tribunales laborales de Coahuila, la empresa sigue acumulando resoluciones paralelas que la condenan a pagar prestaciones atrasadas.
El caso ha llegado al Senado, donde la Comisión Especial nos promete asegurar el respeto a los derechos y garantizar el acceso a información simplificada. ¡Como si los casi diez mil trabajadores fueran incapaces de entender la complejidad de su propia desgracia!.
——————————————————————————–
El Circo de la Sensibilidad en la Frontera (Tema Aparte)
Ahora, señores, permítanme un momento para contrastar el cinismo local con un evento puramente internacional, que no tiene ninguna relación con el proceso concursal 77/2022 o 19/2023 de la quiebra.
Mientras aquí batallamos contra la opacidad, en Eagle Pass, Texas, el Kickapoo Lucky Eagle Casino ha decidido suspender temporalmente sus operaciones de manera voluntaria. ¿La razón? Una noche de terror el pasado fin de semana, producto de un ataque a balazos.
La administración de ese casino, en un alarde de sensibilidad corporativa que nos es ajeno, dijo estar “con el corazón roto por los trágicos eventos” y que sus más profundas condolencias van dirigidas a las víctimas y sus familias. Aseguran que lo más importante es respaldar a las familias, garantizar la seguridad y procurar el bienestar de visitantes y colaboradores.
¡Qué maravilla! Allá, la administración prioriza el duelo y permite las investigaciones, cerrando el negocio por respeto. Aquí, en cambio, con casi diez mil vidas afectadas, con un síndico bajo amenaza de remoción y con información vital retenida bajo el velo de la confidencialidad, el circo sigue abierto.
En Texas hay cierre por respeto; aquí hay apertura a pesar de la quiebra y la indignación. Esa, mis amigos, es la diferencia entre una tragedia aislada y una tragedia burocrática prolongada.