Impuesto a las remesas avanza en EU; migrantes temen impacto en sus familias
Con una votación cerrada de 215 a 214, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un controvertido proyecto que impone un impuesto de 3.5% a las remesas enviadas por residentes extranjeros. Para muchos migrantes, esto representa un golpe directo a sus esfuerzos por apoyar a sus familias.
Aunque la propuesta original contemplaba un impuesto del 5%, se logró una reducción al 3.5% tras intensas negociaciones. Aun así, la preocupación crece entre las comunidades migrantes, especialmente mexicanas, que ven en las remesas un salvavidas para hogares enteros que dependen de ese dinero para sobrevivir.
El proyecto forma parte del plan fiscal del presidente Donald Trump, quien lo ha calificado como “el gran y hermoso proyecto de ley”. El paquete incluye recortes fiscales y ajustes presupuestales que, en conjunto, buscan reforzar la economía estadounidense en año electoral, aunque a costa de los trabajadores migrantes.
Fueron necesarias más de 24 horas de negociaciones para destrabar la iniciativa, debido a la oposición de congresistas republicanos conservadores que temían un aumento en el déficit. Al final, tras múltiples reuniones con la Casa Blanca, lograron cerrar filas y aprobar la medida en una sesión maratónica.
El siguiente paso será su debate en el Senado, donde se espera una rápida aprobación por parte de la mayoría republicana. Trump busca firmar la ley antes del 4 de julio, Día de la Independencia, como símbolo de su política nacionalista que prioriza ingresos internos por encima de las remesas extranjeras.
Mientras tanto, familias en México y Centroamérica aguardan con ansiedad. “Ese dinero no es lujo, es comida, escuela, medicina”, comenta Cecilia, madre de tres hijos en Michoacán. “Si lo recortan, ¿qué hacemos?”. Como ella, millones podrían ver reducidos sus ingresos en los próximos meses.
Organizaciones defensoras de migrantes ya preparan acciones legales y campañas de presión para frenar el avance de la ley en el Senado. Advierten que castigar las remesas es castigar la dignidad de quienes trabajan en silencio para sostener dos hogares: el que dejaron y el que construyen.