Nacional

¿Kamala o Trump?; los pros y contras de la elección en EU para México

Temas como migración, inseguridad, política exterior entre otros son factores que con enorme incertiidumbre a México

Agencias.

La tensión entre México y Estados Unidos se intensifica a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024 en el país vecino. Mientras los candidatos estadounidenses enfocan sus propuestas en la frontera y en el flujo migratorio, México se enfrenta a su propia encrucijada: la necesidad de abordar sus problemas internos para mejorar su posición en la relación bilateral y reducir su dependencia de las decisiones de Washington.

El verdadero reto para México no depende solo de quién gane la Casa Blanca, sino de las condiciones internas que han debilitado al país y lo han convertido en una prioridad de seguridad para Estados Unidos. La falta de oportunidades, el incremento de la violencia y la ausencia de un estado efectivo en diversas regiones han cambiado el panorama.

México pasó de ser un país de migración circular —con flujos de entrada y salida relativamente equilibrados— a convertirse en el mayor emisor de migrantes hacia Estados Unidos en la última década. Este cambio, lejos de ser solo producto de factores externos, refleja una crisis interna que ha agravado la situación migratoria en la frontera.

La presidencia de Donald Trump significó un cambio drástico en la relación bilateral. Su enfoque agresivo endureció las políticas migratorias y presionó a México mediante acuerdos de contención. Con su prioridad en asegurar la frontera, un eventual regreso al poder podría significar un retorno a la presión sobre el gobierno mexicano para frenar los flujos migratorios a toda costa.

En contraposición, Kamala Harris promueve una visión menos confrontativa, centrada en la corresponsabilidad de los países emisores en temas de seguridad y desarrollo. Sin embargo, su postura firme en derechos humanos y narcotráfico podría aumentar el escrutinio sobre México, generando nuevos desafíos en la cooperación binacional.

La política de “abrazos, no balazos” del gobierno mexicano, percibida en Estados Unidos como permisiva hacia los cárteles, es un punto de fricción. Las capturas de capos suelen realizarse por presión estadounidense, y en algunos casos, sin notificar a México, lo cual refleja la desconfianza en la capacidad del país para manejar la seguridad interna.

Además, la postura del presidente López Obrador sobre la producción de fentanilo en México, que niega su fabricación en territorio nacional, contrasta con el aumento de sobredosis en Estados Unidos. Este desacuerdo se suma a la influencia de personajes controvertidos dentro del gobierno, lo que incrementa la desconfianza en las agencias de seguridad estadounidenses.

México también ha debilitado su posición con Estados Unidos en el ámbito geopolítico, apoyando a líderes como Nicolás Maduro y manteniendo una relación ambigua con Rusia. Estos acercamientos son vistos en Washington como una amenaza a los valores democráticos y de derechos humanos que Estados Unidos defiende en la región.

La postura de México hacia conflictos internacionales y su proximidad a Rusia no ha pasado desapercibida en Washington. Si México continúa fortaleciendo vínculos con países adversarios de Estados Unidos, esto podría desencadenar consecuencias comerciales y de seguridad, afectando directamente a su economía y seguridad nacional.

Ante este escenario, México debe replantear su política exterior y fortalecer su economía para reducir la migración. Una relación más transparente y colaborativa con Estados Unidos en temas de seguridad y narcotráfico permitiría reconstruir la confianza mutua y evitar futuras fricciones en esta relación crítica.

Dentro del país, es urgente implementar políticas de desarrollo e inversión en las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza, además de fortalecer el Estado de derecho para limitar la influencia de los cárteles. En diplomacia, México debería priorizar la relación con Washington sobre alianzas que deterioren su imagen internacional.

La elección de Kamala Harris o Donald Trump en 2024 influirá en México, pero el mayor desafío se encuentra dentro de sus propias fronteras. Sin una estrategia clara y una colaboración abierta con Estados Unidos, México corre el riesgo de profundizar sus problemas, incluso bajo una administración estadounidense menos hostil.

Comparte en
Verified by MonsterInsights