Opinión

La Cortina de Humo Acerera

Inicio de semana Si creía que las cosas no podían ser más absurdas, le tengo noticias. Esta semana arranca cargada, pero no de buenas noticias, sino de sospechas. Lo del robo de estaño en AHMSA, donde el exdirector Luis Zamudio aparece como presunto responsable, huele a una cortina de humo monumental. ¿Por qué digo esto? Porque uno ya no sabe qué pensar del actuar de las autoridades judiciales. Fíjese el contraste: si usted es una camarera de hotel y lo “embarran” en un supuesto robo de millón y medio (que quién sabe si existió), le sacan orden de aprehensión rapidito, sin avisarle de los delitos y sin llamar al supuesto afectado a declarar. Pero si usted es un ex director acusado del robo de diez millones de pesos en estaño, con denuncia formal y pruebas contundentes, la autoridad le dice: “no hay medida cautelar, solo venga a la audiencia el martes 14 de octubre, y si no viene, entonces sí le sacamos la orden de aprehensión”. Dígame usted, ¿qué esperaría la ley, que se quede sentado a esperar o que se vaya de vacaciones?.

Síndico de AHMSA La paciencia se acabó, y no solo para los obreros, sino hasta en los tribunales. El síndico Víctor Aguilera, el encargado de poner orden en el desorden de la quiebra de AHMSA, ahora está bajo el intenso escrutinio de la Jueza Ruth Huerta y los acreedores. La opacidad y las dudas sobre su desempeño ya escalaron al punto de que la Jueza admitió a trámite un “incidente contra actos y omisiones del síndico”. O sea, no solo hay rumores de que las cosas no se hacen bien, sino que hay un documento judicial que confirma que un acreedor formalmente alega perjuicios a la masa concursal por el manejo de Aguilera. La Jueza ratificó que al síndico ya se le notificó y que la queja trata específicamente sobre su actuación. Para rematar la fiesta de la transparencia, la propia Jueza tuvo que lanzar un último requerimiento a la autoridad fiscal porque ¡siguen sin informar completamente sobre los embargos en las cuentas de AHMSA!. La falta de claridad es tan grande que la presión judicial no hace más que aumentar.

Obreros de AHMSA Mientras los de arriba juegan a la opacidad y a ver quién es menos responsable, los obreros de Altos Hornos de México ya transformaron su agotada paciencia en “una férrea determinación”. Dicen que no van a quedarse de brazos cruzados mientras ven que las cosas no se hacen bien. ¿Y qué hicieron ante la falta de claridad en el proceso de liquidación? Ponerse a blindar los accesos. Así de simple: los trabajadores están fungiendo de muros de contención. Ya tenían el bloqueo en Puerta Tres, pero tras el escándalo de robo de estaño que apunta al ex director Luis Zamudio, decidieron reforzar esa y ahora blindar también Puerta Uno, y planean seguir con Puerta Cuatro y el estratégico Punto Cero. Es un mensaje de frustración y desesperanza. Tuvieron que tomar el control para intentar evitar que la situación se les escape de las manos, harta de la presunta opacidad de la Sindicatura y los recientes escándalos de robo que minan la poca confianza que quedaba. Exigen transparencia total, un concepto que parece de ciencia ficción en AHMSA.

No te dejes engañar Ya que hablamos de engaños, hay que citar a Erika González, la cartomante, quien aprovechó la temporada para recordarnos que la brujería no resuelve nuestros problemas de suerte, amor o dinero. Me parece un excelente consejo aplicable a todo, incluyendo las finanzas de Monclova. González dice que si quieres dinero, tienes que trabajar, porque “a nadie nos cae el dinero del cielo”. ¡Qué sabiduría! Lo curioso es que, mientras nos advierten de los charlatanes que nos sacan miles de pesos diciéndonos que “estamos trabajados con el diablo” o que tenemos la “suerte volteada” por hechos cotidianos (“se me ponchó el carro”), simultáneamente vemos a los directivos y síndicos que parecen estar “embrujados” por la opacidad judicial o que logran evitar las medidas cautelares pese a los robos millonarios. El consejo es claro: si alguien te promete arreglar el desastre de la noche a la mañana o te asusta para cobrarte, es mejor no caer. Esto aplica tanto para los “amarres de 24 horas” como para los “planes de rescate” que solo generan más dudas y menos claridad. La solución, como en la vida, es trabajo y transparencia, no magia barata ni cortinas de humo.

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