La esperanza de los obreros sigue viva, esperan pago en base a su CCT

Indican que mantendrán la lucha como en un juego de béisbol que solo termina hasta que caiga el out 27.

por: Roberto Ortiz

Bajo el inclemente sol de Monclova, Rolando Rodríguez, conocido como el “Rojo”, se resguardaba con una sombrilla. Aquel hombre, que por 33 años trabajó en AHMSA, se encontraba frente a la empresa que le dio sustento, con un letrero colgado en el cuello que pedía apoyo a la población. Sabe que la situación es grave, pero aún alberga la esperanza de que la acerera pueda resurgir después del dictamen de quiebra emitido el jueves pasado en el juzgado segundo de concursos mercantiles.

“Esto es como el béisbol, no se acaba hasta que caiga el out 27”, comentó el “Rojo”, con una mirada de resiliencia. Mientras veía pasar los vehículos, algunos conductores sacaban la mano por la ventanilla para regalarle unas monedas, demostrando su apoyo a la causa de los obreros de AHMSA, quienes luchan por sus derechos tras un largo proceso de concurso mercantil que culminó con la quiebra de la empresa.

A pesar de que la Ley Federal del Trabajo establece claramente cómo se deben pagar las liquidaciones, Rolando, al igual que muchos de sus compañeros, se aferra a la esperanza. El “Rojo” y los ex obreros confían en que las autoridades federales les brindarán el respaldo necesario y les permitirán recibir sus liquidaciones a través del Contrato Colectivo de Trabajo, un proceso que consideran justo y necesario para salvaguardar sus derechos.

Hoy, Monclova tiene su mirada puesta en AHMSA y, aunque las circunstancias son difíciles, los obreros como Rolando siguen luchando. Más de 17,000 personas se han quedado sin una fuente de empleo directa, y los trabajadores saben que su causa es también un problema social que necesita la atención urgente de las autoridades federales.

A pesar del dolor y la incertidumbre, Rolando Rodríguez y sus compañeros mantienen la esperanza viva. La lucha es dura, pero en cada moneda que reciben, en cada gesto de solidaridad, sienten que su lucha tiene sentido, que la esperanza de un futuro mejor no se ha extinguido.