¡Llega la ‘Noroña’ de Monclova y el Show del PAN Resucitado!
¡Atención, Monclova! Prepárense para el gran debut de nuestra propia versión local de la locuacidad y humildad en persona: la flamante, aunque aún no coronada, “Noroña” Monclovense. El honor, si se le puede llamar así, recae en nada más y nada menos que Yolanda Acuña, a quien, con un sentido del humor que solo la política puede ofrecer, se quiere reinstalar al frente del comité local del PAN. O, mejor dicho, de lo que queda, de los gloriosos rescoldos humeantes del PAN.
Y es que, según las lenguas viperinas, la señora Acuña ha adoptado con entusiasmo las más finas manías del “changoleón” Noroña en su época de esplendor presidencial en el SENADO. Cuentan, con un estremecimiento de puro pánico, que en las multitudinarias juntas que logran organizar (dos personas y Martín perros), Yolanda se ha convertido en la reina del monólogo. ¡Darle la palabra a otro! ¡Qué insolencia! ¿Acaso no saben quién está al mando de esta… organización?
Y ni hablar de los grupos de WhatsApp, ese foro de debate libre y sin censura. Si a algún valiente se le ocurre la terrible idea de cuestionar los arcaicos procedimientos (léase: “la palabra de Yolanda es ley”), ¡puf!, es eliminado al más puro, pulcro y democrático estilo Noroña. ¡Disciplina ante todo, o te vas a la calle literal!
Y por supuesto, no podemos olvidar a la siempre leal Elisa Maldonado, cuyo trabajo de entrega al panismo (o de lo que quedó de él) al PRI es ya un secreto a voces, de esos que todo mundo sabe y nadie dice para no incomodar. Los puestazos que les dieron como premio de consolación por ser los mayordomos de la famosa alianza pasada son la prueba de que el panismo tiene muy claro el concepto de dignidad política. Y sí, todo apunta a que la coreografía se repetirá: otra vez la misma rutina de ser la alfombra roja para el PRI.
De hecho, a los diputados panistas ahora les dicen, con una creatividad popular envidiable, los “perros de rancho”. ¿Por qué? Porque cuando hay fiesta (o sea, cuando toca callarse), los amarran, y cuando hay broncas (o sea, cuando hay que hacer el show), ¡los sueltan! Si no, pregúntenle a Gerardo Aguado “killo”, el valiente que salió muy bravo contra el autollamado Tigre Mejía solo para que el propio Tigre revelara el secreto a voces: que había sido enviado por Manolo Jiménez. ¡Qué independencia de criterio! ¡Qué valor!
Para rematar la semana con broche de oro, el pasado lunes le chocaron a Theo Kalionciz el carrito de atención a mascotas que tiene frente al PAN. Algunos, con una fe ciega en el cosmos y las señales divinas, ya lo ven como un mal augurio o, peor aún, un mensaje subliminal directo de las altas esferas del PRI: “Theo, ve olvidándote de la alcaldía”. Porque, dicen las malas lenguas, los planes maestros del PRI para la contienda no incluyen, por alguna extraña razón, a la brillante figura de Theo. ¡Vaya sorpresa!
El Ranking Divino: Hay de Santos a Santos
Cambiando de temas y para podernos purificar, pasemos a la vida espiritual, que en esta región también tiene su dosis de espectáculo y jerarquía.
Hace un par de meses, cuando llegaron las reliquias de San Judas Tadeo, ¡aquello fue una fiesta! Júbilo, fe, veneración… y sobre todo, organización. Los líderes católicos de la región armaron el súper evento, con invitación anticipada y hasta mariachi . El resultado: miles de feligreses desbordando los templos. San Judas, el de las causas difíciles, es sin duda un rockstar celestial.
Pero ¡oh, el contraste! Apenas el domingo, el Papa León XIV (siempre tan moderno) canonizó a dos nuevos santos: Pier Giorgio Frasseti y el increíble Carlo Acutis, conocido como el Santo Milenial o el santo del internet.
Y la reliquia de este último llegó a la región un día después, el lunes, con la misma emoción que un cambio de luces en el semáforo. A diferencia del evento de San Judas, la iglesia no tocó “Bombos ni Platillos” para anunciarlo. ¡Ni una invitación! Ni un WhatsApp masivo.
Sí, el lunes llegó a la parroquia del Verbo Encarnado en Frontera y tuvo un recibimiento decente, con varias docenas de jóvenes (¡docenas!) que fueron a venerarlo. Pero ayer martes, al llegar a la capilla La Salle, simplemente pasó desapercibida su visita. Desapercibida.
No hubo el mismo júbilo, ni la misma entrega, a pesar de que es un santo reconocido y canonizado por el Papa. ¿La conclusión? Ni en la mismísima iglesia se salvan de la clasificación social. Con esto nos queda claro que, para la feligresía local, también hay de santos a santos. ¡El Santo Milenial necesita un mejor agente de relaciones públicas!
Posdata……espero no me excomulguen