“Nos duele su partida, pero sabemos que ya goza del rostro del Señor”: Monjas dominicas oran por el eterno descanso del Papa Francisco
Ante el fallecimiento del Papa Francisco, la comunidad de religiosas dominicas expresó su profundo pesar, un dolor que, dijeron, no solo afecta a la Iglesia, sino que toca el corazón de quienes han orado siempre por él y por su misión pastoral.
“Nos duele mucho, de verdad. Nosotros como comunidad siempre ofrecemos el oficio y rezamos por los difuntos, especialmente por él, por su gran responsabilidad. Oramos para que Dios lo reciba en su reino”, dijo Sor Julia Sabriteño, visiblemente conmovida.
Las religiosas explicaron que, al conocerse la noticia del deceso, se reunieron para rezar el Oficio de Lecturas, una serie de salmos y meditaciones que se ofrecen por el descanso eterno de los fieles difuntos, y que tiene un significado especial cuando se trata del representante de la Iglesia Católica.
“Todos los días oramos por el Papa, por sus intenciones y por sus misiones, pero ahora, con más razón, lo hacemos por su alma. Estamos en tiempo de resurrección, y creemos firmemente que él ya se ha encontrado con nuestro Señor Jesucristo”, expresó Sor Mercedes García.
Las hermanas afirmaron que la muerte del Papa es un duelo compartido por toda la Iglesia, pero también una celebración de fe. “Es un dolor, sí, pero también hay alegría, porque creemos que ya está en la plenitud de la resurrección, gozando del rostro del Señor”, señalaron.


Respecto a su legado, las religiosas lo describieron como un Papa cercano, alegre y muy humano. “Siempre tuvo buen humor. Fue un Papa moderno, muy abierto a los tiempos actuales, pero también profundo en su espiritualidad. Nos deja muchas enseñanzas que permanecerán”, añadieron.
Ante el inminente cónclave que se celebrará en Roma para elegir al nuevo jerarca de la Iglesia Católica, las monjas dijeron que su papel es seguir en oración, confiando plenamente en la acción del Espíritu Santo para que ilumine a los cardenales en su deliberación.
“El nuncio convoca a los cardenales y ellos se reúnen en la Capilla Sixtina a puerta cerrada. Nosotros solo oramos para que sea Dios quien inspire esta decisión. No especulamos, creemos en la voluntad divina y en que llegará la persona que Él quiera para guiar a su Iglesia”, concluyeron.