Obreros de Maxion estallan por paro forzado: acusan a sindicato de entreguismo
Trabajadores serán obligados a descansar una semana sin salario, al descontarles los días como vacaciones; denuncian complicidad del sindicato FNSI con directivos de la empresa pese a errores internos.
La inconformidad entre los trabajadores de Maxion es absoluta. A partir del sábado 12 y hasta 19 de abril, toda la base obrera será obligada a descansar sin recibir pago adicional. La empresa descontará esos días como vacaciones, una medida que ha desatado el enojo generalizado dentro de la planta.
Los empleados aseguran que el sindicato que los representa, afiliado a la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (FNSI), firmó un acuerdo con la empresa para hacer válido este recorte como si fuera un beneficio. Lo consideran una “jugada descarada” en la que los únicos afectados son los trabajadores.
“Nos están quitando nuestros días sin preguntar. Ya lo firmó el sindicato como si fuéramos tontos”, expresó uno de los empleados. Dicen sentirse traicionados por una representación sindical que, en lugar de defenderlos, actúa en complicidad con la empresa. “Son un sindicato blanco, nos venden bajo el menor argumento”.
Aseguran que la situación actual de Maxion se debe a errores internos. Acusan directamente a la dirección por la baja calidad en sus productos, que ha generado afectaciones comerciales y bajas en producción. “El problema es de ellos, pero la consecuencia la pagamos nosotros”, dijo otro trabajador con evidente molestia.
Los obreros se sienten doblemente castigados: por la mala administración y por un sindicato que, lejos de enfrentar a la empresa, firma acuerdos sin consultar a la base. “No es justo que sus fallas se resuelvan con nuestras vacaciones. Esto es abuso, y lo peor es que ya se normalizó”, apuntaron.
Algunos empleados señalan que esta práctica se ha vuelto común en la empresa. “Cada vez que algo va mal, lo pagan con nuestros días. Y el sindicato siempre aparece para justificarlo. Ya ni siquiera fingen defendernos. Solo sirven para proteger a los de arriba”, lamentó un obrero con más de diez años en la planta.
El descontento crece entre pasillos, líneas de producción y áreas comunes. Para muchos, este nuevo golpe a sus derechos laborales es el reflejo de una empresa que ha perdido rumbo, y de un sindicato que ha olvidado a quién debe su existencia. “Ya no representan a los trabajadores, son un brazo más del patrón”.
Hasta el momento, ni la empresa ni el sindicato han emitido una postura pública más allá del aviso interno sobre el periodo de inactividad. Los obreros, sin embargo, ya preparan denuncias y amparos para tratar de frenar lo que consideran un atropello a sus derechos laborales y personales.
Con el descanso obligatorio encima, los trabajadores enfrentan la semana con rabia y resignación. “Lo único que pedimos es respeto y justicia. Si la empresa se equivoca, que asuma su responsabilidad. Pero que no la disfracen de vacaciones para quitarnos lo que por ley nos pertenece”, concluyó uno de los afectados.