Sheinbaum promete estabilidad en combustibles, pero gasolineros temen alza inminente por conflicto en Medio Oriente
Monclova, Coahuila.– Mientras desde Palacio Nacional la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que no habrá aumentos en los precios de la gasolina y el diésel, en Monclova la preocupación crece entre empresarios del sector gasolinero, quienes anticipan que la realidad en los próximos días podría ser muy distinta.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum sostuvo que México tiene hoy la capacidad suficiente para abastecer su demanda interna de combustibles, gracias a las ocho refinerías en operación, entre ellas Deer Park en Texas y Dos Bocas en Tabasco. “Ya producimos nuestros propios combustibles”, dijo con firmeza. Y aunque reconoció que aún se importan ciertos insumos, aseguró que el país avanza hacia una mayor autosuficiencia energética.
Pero a más de 800 kilómetros de distancia, el panorama no es tan alentador. Gerardo Oyervides, empresario gasolinero en Monclova, advirtió que el conflicto entre Irán e Israel podría impactar de forma directa los bolsillos de los ciudadanos, al provocar un alza repentina en el precio del diésel.
“Hoy lo tenemos a poco más de 27 pesos, pero en cualquier momento puede rebasar los 30”, alertó. Aunque Pemex no ha emitido un aviso formal sobre ajustes, Oyervides explicó que la tensión geopolítica en Medio Oriente amenaza con alterar los flujos globales de transporte y distribución de energéticos.
“Todo está conectado. Si se encarece el diésel, sube todo lo demás: alimentos, transporte, producción. Y justo ahora, cuando las ventas en estaciones han caído hasta un 30%, no hay margen para reaccionar. Estamos muy golpeados”, lamentó.
La dependencia de México a las importaciones —alrededor del 70% del diésel se trae del extranjero— hace que cualquier interrupción en la logística internacional afecte de inmediato a regiones como la Zona Centro de Coahuila.
Oyervides fue claro: no se trata de generar alarma, pero sí de ver el escenario con realismo. La temporada vacacional, además, ha traído una baja en el consumo, dejando al sector con poca capacidad para anticiparse a una posible escasez o ajuste de precios.
“La promesa es que no habrá aumentos, pero nosotros, los que estamos en la operación diaria, vemos otra cosa. Todo apunta a que se va a encarecer”, concluyó el empresario, mientras el país observa con incertidumbre el desarrollo de una guerra lejana que, sin embargo, puede sentirse muy cerca… en cada tanque de gasolina.