Solución en la primaria José García será en base a protocolos: Abraham Segundo
Mientras los niños deben seguir con clases en el patio de la escuela
Monclova.- Lo que debía ser una semana tranquila después del puente escolar, se convirtió en un verdadero desafío para maestros, alumnos y padres de familia de la primaria José García Rodríguez, en la colonia Ampliación Guerrero. Dos minisplits fueron robados y dejaron al plantel sin refrigeración en plena ola de calor.
El hurto ocurrió durante los días de asueto, cuando la escuela permanecía cerrada. Ladrones aprovecharon la quietud para ingresar y sustraer los aparatos de aire acondicionado. El impacto fue inmediato: los salones, convertidos en hornos, resultaron inutilizables para impartir clases con seguridad.
Desde entonces, los alumnos han tenido que tomar clases al aire libre. Las maestras improvisan bajo árboles o en áreas sombreadas, buscando proteger a los pequeños del calor que supera los 40 grados. Aun así, el esfuerzo físico y emocional es enorme para todos los involucrados.
“Todo lleva un protocolo y esperemos que pronto se resuelva”, comentó Abraham Segundo, titular de Servicios Educativos en la región. Mientras tanto, dos grupos escolares pasaron a modalidad virtual para evitar exponer a los niños a condiciones insalubres dentro de las aulas sin ventilación.
El calor dentro de los salones sin aire acondicionado puede convertirse en un riesgo grave para la salud. Mareos, deshidratación y agotamiento físico son síntomas que ya se han manifestado entre los menores. Las maestras hacen lo posible, pero la situación se vuelve insostenible.
Padres de familia han alzado la voz con justa preocupación. Piden a las autoridades educativas mayor seguridad para el plantel, pero también una solución rápida y eficaz que permita el regreso a clases presenciales dignas, sin poner en riesgo el bienestar de sus hijos.
“Es muy triste ver a los niños con sus cuadernos en las piernas, sudando, intentando concentrarse mientras el sol pega fuerte”, dijo una madre de familia. “Queremos que aprendan, pero también que estén bien. No se vale que estudien así.”
El robo de los minisplits no solo significó una pérdida material: afectó directamente el derecho a la educación de decenas de niñas y niños. En tiempos de calor extremo, contar con un ambiente fresco no es un lujo, es una necesidad básica para aprender y estar a salvo.