Leticia, víctima de feminicidio en Monclova: la orden de restricción no la protegió
La orden de restricción contra Cirilo de la Cruz no evitó el fatal desenlace. Leticia Aguilar Piña, de 58 años, había decidido terminar con la violencia y rehacer su vida. Se refugió en casa de sus padres, decidida a no volver, pero su agresor no aceptó el final.
La mañana del viernes, Leticia acompañó a su madre, Juanita Diamantina, de 90 años, al Banco del Bienestar. Mientras esperaban en fila en la Zona Centro de Monclova, Cirilo la sorprendió, la apuñaló y luego se quitó la vida. Ella fue trasladada al IMSS, pero no sobrevivió.
Leticia tenía una vida marcada por la violencia. Según su prima Jessica Piña, desde el inicio de la relación con Cirilo fue aislada de su familia. Él no le permitía visitarlos, ni que la visitaran. Aun así, ella intentó empezar de nuevo cuando decidió dejarlo hace un mes.
De esa relación nacieron dos hijos, hoy de 28 y 32 años. “Ella cambió mucho. Era buena, seria, pero con él se volvió sumisa, callada, con miedo. Permitía muchas cosas por temor”, recuerda Jessica. La última vez que lo vio, Leticia fue agredida físicamente. Ya no había vuelta atrás.
Lo que ocurrió ese día conmocionó a Monclova. En plena calle, a la vista de todos, la violencia de género mostró su cara más brutal. Las redes sociales se llenaron de imágenes y lamentos. Un ciudadano que intentó intervenir también resultó herido, con un corte en la espalda.
Jessica, al igual que el resto de la familia, aún no asimila lo ocurrido. “Ella ya había tomado la decisión de irse. Estaba decidida. Pero la justicia llegó tarde. ¿De qué sirvió la orden de restricción?”, lamentó entre lágrimas, exigiendo que estos casos no se repitan jamás.
Esta tragedia dejó dos personas muertas y una herida, pero también un llamado urgente: que las víctimas de violencia no queden solas, que las medidas de protección funcionen, y que el miedo no siga arrebatando vidas como la de Leticia, quien solo quería vivir en paz.
