“Nunca más la guerra”: León XIV clama por la paz en Ucrania, Gaza y el mundo
Miles de fieles llenaron este domingo la Plaza de San Pedro para escuchar al recién elegido papa León XIV, quien alzó la voz con un contundente llamado por la paz mundial. “¡Nunca más la guerra!”, exclamó con fuerza desde la ventana del Palacio Apostólico.
El pontífice, antes cardenal Robert Francis Prevost, fue elegido el pasado jueves en el segundo día del cónclave. Este domingo dirigió por primera vez el rezo del Regina Coeli ante unas 100 mil personas, según datos de la Policía de Roma. Sus palabras se centraron en el sufrimiento humano y los conflictos armados.
Recordando el 8 de mayo como el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, León XIV lamentó que la humanidad siga atrapada en la violencia. “Ojalá volvamos a ver el milagro de la paz”, dijo, evocando una de las frases más repetidas en su primer mensaje como papa.
En su intervención, el nuevo líder de la Iglesia católica pidió directamente a los gobernantes “grandes del mundo” que frenen los conflictos. Habló del dolor que lleva “en el corazón” por Ucrania, un país donde la guerra ha dejado miles de muertos y millones de personas desplazadas desde la invasión rusa.
“Llevo en mi corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano”, expresó con firmeza. Exigió una paz “auténtica, justa y duradera” y solicitó la liberación de los prisioneros de guerra, así como el regreso de los niños ucranianos desplazados a sus hogares. Fue un llamado humano, directo y cargado de compasión.
El papa también dirigió su mensaje hacia la Franja de Gaza, donde la violencia no cesa. “Me duele profundamente lo que ocurre en Gaza”, dijo, pidiendo un alto el fuego inmediato, asistencia humanitaria para la población civil y la liberación de todos los rehenes. “No podemos ser indiferentes al sufrimiento”.
A diferencia de un discurso diplomático, sus palabras fueron claras y sentidas. León XIV mostró cercanía con las víctimas de los conflictos y no ocultó su preocupación por el deterioro global. El mensaje fue tanto espiritual como profundamente humano, como una súplica dirigida al mundo entero.
Finalmente, celebró el acuerdo de alto el fuego entre India y Pakistán. Lo calificó como un paso esperanzador, e instó a que las negociaciones continúen hasta lograr una paz duradera entre las dos potencias nucleares. Su voz, nueva en el Vaticano, ya ha resonado con fuerza a nivel internacional.
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