Regresan 200 reses de Cuatro Ciénegas, estaban listas para cruzar por Chihuahua
Ganaderos de Cuatro Ciénegas vivieron un duro golpe este fin de semana cuando 200 cabezas de ganado listas para exportarse fueron devueltas, pese a contar con todos los requisitos sanitarios. El embarque se dirigía hacia Estados Unidos por la frontera de Chihuahua, una de las rutas que hasta hace poco seguía habilitada.
Miguel Guevara Cantú, productor de la región, confirmó que el ganado, compuesto por cerros machos y becerras hembras, ya había pasado los protocolos exigidos. Sin embargo, la reciente decisión del gobierno estadounidense de decretar nuevamente el cierre total de las fronteras al paso de ganado por el tema del gusano barrenador cambió todo el panorama.
Hasta antes del cierre, se permitía el paso de al menos mil cabezas de ganado por semana desde Coahuila por la vía de Chihuahua. Ahora, ni siquiera ese flujo mínimo fue respetado, y las 200 reses procedentes de Cuatro Ciénegas fueron devueltas a pesar del cumplimiento con las medidas sanitarias exigidas.
“La situación es muy injusta. Hicimos lo que nos pidieron: exámenes, patrocinio, papeleo… y de todas formas nos regresaron el ganado. Es desesperante”, dijo Guevara. La incertidumbre crece entre los productores, quienes ya enfrentan pérdidas económicas por las demoras y la falta de claridad en las decisiones binacionales.
La Unión Ganadera Regional ha solicitado formalmente la apertura de los cruces en Acuña y Piedras Negras, pero hasta ahora no hay respuesta. “Si no se puede por allá, que al menos nos dejen pasar por donde sí estamos listos. Lo que queremos es exportar, no importa por dónde”, expresó Guevara.
El gobierno estatal se ha mantenido en comunicación constante con los ganaderos, enviando comunicados y ofreciendo apoyo, pero el problema trasciende lo local. La amenaza del gusano barrenador en estados como Chiapas y Veracruz sigue afectando al país entero, incluso a quienes no tienen brotes ni riesgos sanitarios.
Guevara destacó que las exportaciones siguen, pero de forma mínima y muy controlada. “Solo están dejando pasar ganado puro, y eso con límite semanal. Pero ya vimos que ni siquiera esas condiciones garantizan el paso”. Mientras tanto, cada semana de retraso representa pérdidas para quienes dependen de esta actividad.
A pesar de todo, el clima ha ayudado. “Ha llovido acá en el norte, y eso al menos nos permite mantener bien alimentado al ganado”, señaló. La esperanza se mantiene viva, pero con la presión de que si no se abre pronto la frontera, muchos pequeños ganaderos podrían quedarse sin sustento.